Estamos en un momento de la sociedad que se encuentra convulsionada, donde nos maneja el odio, la venganza y la justicia propia, creyendo que tenemos la verdad y que nuestra manera ver las cosas es la correcta, por ende como actuamos tambien. Y nos olvidamos de una de las mayores enseñanzas del maestro Jesús, cuando unos judíos estaban por apedrear a una prostituta, se acercó Él y les dijo: que tirara la primera piedra el que estuviera libre de pecado, con esto quizo mostrar que todos tenemos errores o diferencias y que nuestros juicios son según nuestras miradas, como si fueramos perfectos. Y si Él no teniendo pecado no la juzgó quienes eran los demás para hacerlo. Y aún así siendo la persona más pura que hubo lo mataron culpandolo con mentiras. Pero dejó la mayor enseñanza que hay, y es el aprender a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. ¿Cómo queremos un mundo en paz si nos lastimamos entre nosotros mismos? Y no vemos que buscamos los errores de los demás porque nos es más fácil que ver los nuestros.
Si tan sólo pudieramos ver que al buscar de ser mejores personas, primero debemos sacar de nosotros todo egoísmo que hace que no podamos mirar a los costados y ayudar al otro, porque estamos primeros nosotros. ¿Cómo vamos a tener un mundo en armonía? ¿Si nuestro interior esta en guerra? Y no lo digo como simples palabras lindas. Lo digo desde la experiencia, aprendí a perdonar y a crecer siempre que me hicieron mal me sirvió para ver en mí que debía aprender y al poner en práctica lo que aprendí, crecí. Que me falta mucho? Seguro, no soy perfecto, pero si voy camino a sacar en mi todo lo que falte. Sabiendo que estamos aca para crecer. Que la vida es una escuela de enseñanzas diarias.
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