viernes, 25 de diciembre de 2015

Cambiar el mundo desde mi interior

Siempre fui de analizar una conducta humana muy recurrente en nosotros donde veo como nos es fácil mirar qué hace bien o mal el otro, juzgando o criticando el pensar, actuar, de los demás sin mirar hacia dentro nuestro.
¿Será parte de un morbo colectivo? El observar a los demás, o es que es más fácil mirar hacia afuera, que examinarnos a nosotros mismos.
¿Cómo podemos hablar de alguien si no conocemos su historia, sus vivencias, su vida diaria? ¿Qué nos lleva a entrometernos en la vida de los demás cuando no podemos con nuestras vidas muchas veces? ¿Quién puede imponerse como juez? Si no hay uno que sea perfecto? ¿Saber la verdad? Solo la Vida la sabe y la da a quien busca realmente desde un sincero corazón, primero consigo mismo, para poder ver hacia afuera. Entonces no va a buscar justificar sus acciones, sino ver sus aciertos y errores para crecer. El que se queda en la critica u observar al otro es porque no busca crecer asi mismo. Se pierde de vivir sus propias experiencias, para vivir la del otro.
Puedo entender que por nuestros miedos, faltas de conocimiento, egoísmos, sufrimientos, optemos por no querer ver nuestros errores y sea más fácil atacar al otro. Nos hace sentir mejores, superiores a los demás. Que vamos por el camino correcto, pero ¿quiénes de esos buscan realmente la verdad? O ¿solo tener la razón para tapar nuestras debilidades? Es más fácil mirar siempre afuera.
¿Cómo buscamos mejorar el mundo? Si dentro nuestro hay caos. ¿Cómo hablamos de solidaridad? Si actuamos con odio. Hablamos de querer hacer el bien pero actuamos con maldad, justificando que de esa manera hacemos justicia. ¿Qué tipo de justicia hablamos? ¿De qué verdad hablamos? ¿La que imponemos? ¿La que nosotros preferimos creer? o ¿La que realmente es? ¿Cómo saber la verdad? La verdad siempre esta en el corazón. Si logramos salir de las emociones negativas (envida, odio, tristeza, rencor, egoísmo, orgullo, etc) que nos empañan la visión, que no nos dejan ver con claridad. Vamos a comprobar que al limpiar nuestro interior, al cambiar nosotros, cambiamos al mundo. No al revés.
Si no hay un cambio en nuestro interior (de nuestra psiquis, metanoia), de cómo nos comportamos primero con nosotros mismo, después con los demás, nunca va a haber unidad para poder salir adelante como humanidad.

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