lunes, 9 de mayo de 2016

¿Crees que sos feliz de la manera que vivís?



En su mayoría nos quejamos de no ser felices en la plenitud que esperamos, de la manera que estamos acostumbrados a manejarnos, siempre solemos sentir que algo anda mal.
Lo que me lleva a preguntarnos ¿será que estamos haciendo mal las cosas? ¿Será que nuestro análisis es incorrecto?¿Cómo saberlo?
Pero todos a la vez buscamos de ser mejores personas, queremos sacar de nosotros todo lo que no nos deja ser felices.
¿Qué es lo que estamos haciendo mal? ¿En dónde está nuestro error? ¿Con qué lupa analizamos nuestras decisiones?

¿Quizás sea que no vemos con el prisma correcto nuestros pensamientos? ¿Qué nos está faltando algo en la manera que discernimos nuestro sentir, pensar y accionar?

Primero debemos aprender a descubrirnos a nosotros mismos de qué manera creemos que es ser feliz.
Preguntarnos ¿qué es para nosotros la felicidad? Y sobre esa base indagar  nuestra conducta desde nuestra consciencia adquirida hasta el momento, para poder preguntarnos qué nos falta, desde esa sinceridad con nosotros mismos.

¿No será que la piedra angular para mejorar nuestro ser interior, está en la necesidad de aprender a limpiar, a vacunar (prevenir) nuestras mentes de esas emociones confusas, de sentirnos bien de a momentos y en otros no alcanzar esa plenitud que decimos tener?

Primero debemos aprender a descubrirlos cuando aparecen, a conocerlos, para reconocerlos, una vez reconocido verificar cuál es el que nos conviene para la plenitud que deseamos alcanzar

Esto es tan real, como la ley de gravedad, que no empezó a existir cuando la descubrieron, ya existía desde antes, solo que no era consciente a nuestro entendimiento colectivo. Así mismo hay tantas cosas que aún falta que se descubran, pero para eso debe haber gente dispuesta a querer cruzar esa barrera de limitaciones y escepticismo que nos ponemos. No podemos conocer cosas nuevas si no nos abrimos a ver que más hay fuera de lo conocido. Y esto es tan real como las leyes de la física. Y cuando tenemos en claro que es lo que queremos y lo conocemos en nuestro interior, reconocerlos.
¿Cuántas veces creemos que somos dueños de todo lo que pensamos o actuamos?
¿Y si les dijera que no es así? Que se mueven otras fuerzas mayores a nuestros sentidos, que hay fuerzas opuestas que buscan siempre dominar en nuestras mentes, marcándonos qué camino seguir. 

Siempre hay 2 caminos, dos pensamientos que se oponen en nuestra mente. Pero siempre optamos por uno y lo hacemos propio. 

Nos dejamos programar o no en la decisión que tomamos.
Así como en los dibujitos que siempre hay un angelito bueno y uno malo. Así mismo pasa en la vida real con nuestros pensamientos, emociones y sentimientos. Siempre va a estar esas emociones de luz y esas emociones negativas. Hasta ahora siempre nos fue más fácil optar por las oscuras, son las fáciles de usar, de elegir, de seguir, no demanda esfuerzo porque es la primera que sale. Ya lo llevamos por naturaleza. Siempre optamos por el enojo, por el orgullo, por la envidia, por la soberbia, por el egoísmo que es lo primero que nos surge, no debemos pensarlo ni analizarlo, salen. Quizás sea que no son los correctos para alcanzar la plenitud que tanto añoramos…

Nunca te olvides que lo que escuchamos lo llevamos a nuestra mente, de nuestra mente va a nuestro corazón y de nuestro corazón lo volvemos en una acción o lo expresamos. Esta regla siempre es igual. Puedo ser dueño de mi mente y mis emociones, una vez que aprendo a dominar mis pensamientos y no que ellos me dominen a mí para que no se vuelvan un sentimiento, y así no sea un accionar en nosotros. de eso se trata empezar a limpiarnos, de un ejercicio constante con nosotros mismo para alcanzar el nivel que anhelamos de felicidad.
¿Cómo podemos hablar de querer estar bien con nosotros y entre nosotros si primero no nos inspeccionamos por dentro?
Cómo hacerlo:
Para ello tengo que estar dispuesto en buscar la Verdad dentro de mi interior, ser sincero conmigo, como delante de un espejo y preguntarme

¿Quiero ser feliz? ¿Quiero ver la Verdad dentro mio? O ¿Sólo quiero justificarme en cada una de mis conductas? 

¿Estoy dispuesto a ver mis errores por más que no me guste ver que me equivoco? O ¿Sólo quiero tener la razón en cada uno de mis actos, sin importar las consecuencias que traigan a mi vida? 
No importa la religión en la que estés, la práctica que hagas, con lo que te identifiques. Lo que importa esta en nuestro interior ¿si no sos sincero con vos de que te sirve?
Realmente ser feliz se encuentra dentro nuestro, sólo que no lo vemos, porque no queremos.


Alexis Yeshua López

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